
Actualizado el sábado, 28 enero, 2023
Visitar la ciudad vieja de Jericó
Conocida en la Biblia como la Ciudad de las Palmeras, Jericó representa una meta turística imperdible en un viaje a Tierra Santa que se precie visto la relevancia que esta ciudadocupa en las Sagradas Escrituras donde se la menciona en más de 70 pasajes.
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Ubicación
Está maravillosa propuesta de viaje se sitúa pocos kilómetros de Ma’ale Adumim, aunque quizás el modo más simple para llegar a Jericó es partiendo desde la estación de autobuses de Jerusalén con destino Ramallah y bajar en Belén desde donde se proseguirá el viaje con la camioneta «shrut» que tiene parada en el centro de Jericó, una parada que el conductor anuncia diciendo: «Ar-Riha».
Descripción e historia
Debido a su proximidad con el Río Jordán, a los numerosos cauces de agua que la circundan, que parten del famosísimo Manantial de Eliseo (Ein as-Sultan), y a su posición a 258 metros por debajo del nivel del mar, han convertido a Jericó en una ciudad oasis, próspera en el desierto con una tierra fértil y un microclima cálido que ha atraído la atención de diversos pueblos de la antigüedad, de los que podemos encontrar restos arqueológicos que parten del Holoceno, diez mil años a.C. y sus sucesivas ocupaciones en época hasmonea y herodiana 100 – 30 a.C., la época bizantina hasta el siglo VI, la musulmana hasta el 747, otomana etc.
Elementos de interés
Los puntos de interés en Jericó son muchos, pero siguiendo el orden cronológico anterior podríamos comenzar por la visita al yacimiento arqueológico de Tell es-Sultán, situado sobre una colina a dos kilómetros del centro de la ciudad, donde podemos encontrar los restos de la antigua muralla de Jericó con sus torres que se remontan al 9000 a.C. y son la segunda construcción más antigua del mundo.
Justo enfrente del recinto encontramos también la Fuente de Eliseo o Ein as-Sultan un manantial con el que se abastece la ciudad desde que Eliseo realizase el milagro, motivo por el cual en torno a la fuente en época bizantina se construye una iglesia en honor al profeta.
De la época romana nos queda el hipódromo de Tell es-Samrat y los restos de los palacios de Herodes de Tulul Abu el-Alaiq reconvertido parcialmente, en lo que se cree que es la sinagoga más antigua del mundo la Sinagoga de Wadi Qelt. También de esta época queda una necrópolis excavada en las rocas y la Higuera de Zaqueo, un árbol de gran importancia para el peregrino cristiano pues en él acontece un pasaje del Nuevo Testamento relatado en el Evangelio de Lucas, 19, 1-10, es un árbol de tronco ancho y ramas altas y fuertes que da un fruto amarillo parecido al higo.
El Palacio Hisham de Jericó, pertenece a la época musulmana, y se extiende por 60 hectáreas que contienen el palacio propiamente dicho, que pertenece a los llamados castillos del desierto, unos baños ornamentales y una gran finca agrícola o parque irrigado por una especie de acueducto de la época.
Terminando con los restos de la época bizantina, que además de lo anterior arriba indicado, podemos contemplar la sinagoga Shalom Al Yisrael y el Santurario de Moisés construido ya en época otomana.
Importancia en la tradición cristiana
Como decíamos al principio la conexión de esta ciudad con la Biblia es muy profunda pues en ella se suceden diversos pasajes de gran importancia como el de Lucas 19, 1-10 cuando el recaudador de impuestos se sube a la Higuera de Zaqueo para poder escuchar la palabra de Jesús, fue entonces cuando éste se le acercó y le dijo que esa noche debía acogerle en su casa, una visita que sirvió para el arrepentimiento de su codicia que le hizo devolver la mitad de sus bienes a los pobres y cuádruplo a los que hubiese defraudado para ganarse el perdón del señor.
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