
Actualizado el domingo, 29 mayo, 2022
Visitar el Museo del Buen Samaritano
Las parábolas son una constante dentro del Nuevo Testamento católico pues era en estas pequeñas historias en las que Jesús introducía sus enseñanzas de una forma clara y cercana, consiguiendo no sólo impactar al público sino también adoctrinarlos. Una de estas parábolas ha conseguido dejar su huella física en el Museo del Buen Samaritano.
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Ubicación
El Museo del Buen Samaritano se encuentra en una ciudad de Cisjordania llamada Ma’ale Adumin, situada justo en el camino que une Jerusalén con Tel Aviv, controlada militarmente por el gobierno israelí.
Descripción
El Museo del buen Samaritano es una antigua posada para viajeros del periodo otomano totalmente restaurada que cuenta con 6 salas en las que se exhiben los restos arqueológicos de mosaicos recuperados de numerosas sinagogas e iglesias de Samaria, que datan principalmente de época bizantina. Otra parte del museo está dedicada a la historia, arte y costumbres del pueblo samaritano. Para terminar, el conjunto, comprende una antigua iglesia que contiene una amplia exposición de restos arqueológicos.
Elementos de interés
Son de especial interés cultural el pavimento que nos da la bienvenida al museo, se trata del Mosaico de Gaza descubierto en la década de los sesenta, pertenecía a una sinagoga judía y en él aparecen diferentes figuras como plantas, animales, como el tigre, la jirafa, el pavo real y la cebra entre otros, todos ellos enmarcados en medallones que se combinan con otras decoraciones que hacen de este mosaico una pieza de una belleza singular.
En el interior del museo podemos admirar otros objetos como una lápida del cercano Monasterio de Martyrius, una mesa de mármol descubierta en el monasterio, un precioso púlpito de piedra finamente tallado y un cofre de mármol parecido al sarcófago de la iglesia de Horvat Bet y Sila.
Nuestra visita al museo no puede concluir sin entrar en la antigua Iglesia, descubierta durante unas excavaciones en 1934, que formaba parte del antiguo monasterio bizantino del siglo VI, que posteriormente se convirtió en caravasar otomano e incluso en fortaleza, durante la época de las cruzadas. La iglesia poseía un hermoso pavimento en mosaico que fue saqueado por lo que fue totalmente reemplazado por otro compuesto por más de un millón de teselas. En esta iglesia se ofician misas en diversas ramas del cristianismo.
Los restos del pasado del edificio como fortaleza cruzada lo podemos ver en el patio de la iglesia, que además contiene distintos objetos que se remontan al siglo I a.C., reflejo de la temprana actividad que tuvo este lugar. En cambio, de su pasado como caravasar otomano encontramos una cisterna que se encontraba en el centro de las habitaciones que daban cobijo al peregrino.
Importancia en la tradición cristiana
La conexión entre el Museo del Gran Samaritano y la tradición cristiana la encontramos en el Evangelio de Lucas 10:25 – 37 en la que se cuenta la historia de un hombre que fue atracado y abandonado herido a su suerte, justo en este lugar, en el camino que unía a Jerusalén con Jericó. Entonces un Cohen y un Levita pasaron por su lado sin detenerse a ayudarlo, ni mostrar compasión pasaron de largo; luego llegó un samaritano, considerados inferiores y de peor corazón por los judíos y sin embrago éste se paró a socorrer al prójimo, demostrando tener más caridad humana y buen corazón que los otros. Con esta parábola Jesús pretendía resaltar la importancia del amor y la misericordia por encima del cumplimento de las costumbres impuestas por la religión, ya que los dos hombres que no ayudaron al prójimo eran miembros destacables dentro de la comunidad judía.
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