
Actualizado el domingo, 29 enero, 2023
Visitar el Monte de los Olivos
El Jardín de Getsemaní se encuentra fuera de las murallas que cierran la ciudad de Jerusalén, a las puertas del Santuario de Getsemaní, conocido también como Iglesia de las Naciones situado al este del Valle del Cedrón, justo entre las escaleras milenarias que llevan al Monte de los Olivos, las mismas que en aquel entonces utilizó Jesús para subir al monte, y la transitada carretera que conduce a Jericó.
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En Getsemaní Jesús oró antes de ser arrestado y llevado a un juicio falso ante los líderes religiosos y a una audiencia ante el prefecto romano. Poncio Pilato. Fue aquí donde fue traicionado a pesar del beso de Judas, aquí donde todos sus discípulos lo abandonaron en el tiempo de su agonía, y desde aquí se pusieron en marcha las tres negaciones de Pedro, mientras el gallo cantaba.
El jardín se extiende por una superficie de 1200 metros cuadrados delimitados por una valla perimetral que los protege; en su interior se encuentran los centenarios olivos distribuidos en pequeñas parcelas donde también crecen otras plantas y flores, que los padres franciscanos cuidan con mimo desde 1681, intentando conservar la original apariencia que pudo tener allá por el s.I, cuando sirvieron de escenario del inicio de la Pasión de Cristo. Hasta aquí llegan miles de peregrinos cada año para poder pasear a la sombra de estos míticos árboles y sentir la magia espiritual que ellos ha quedado.
El Huerto de los Olivos en la Biblia
El nombre de Getsemaní, en arameo «Gath-Smane«, significa prensa de aceite, un nombre muy adecuado si en aquel terreno había gran cantidad de olivos tal y como se refiere en los pasajes del Nuevo Testamento 26:36 del Evangelio de Mateo y en el 14:32 del Evangelio de Marcos con las palabras: «Entonces Jesús fue con ellos a una finca, llamada Getsemaní, y les dijo: Sentaos aquí, mientras yo voy a rezar». Una escena que no cuesta imaginar si pensamos que, durante las fiestas del Pésaj, Pascua judía, la ciudad de Jerusalén triplicaba su población por lo que encontrar un lugar donde dormir era bastante difícil, sobre todo para las personas humildes como Jesús y sus apóstoles, motivo por el cual buscaron cobijo en el campo cercano de Getsemaní, que sirvió de telón de fondo a uno de los momentos más sugestivos de la Pasión, Agonía en el Jardín, que es el sentimiento que se apoderó de Jesús cuando se retiró para orar haciéndole llorar gotas de sangre sobre una roca que se conserva en el interior de la Iglesia de las Naciones.
Al que le sigue el pasaje 22:44 del Evangelio de Lucas «El espíritu está dispuesto pero la carne es débil» Un ángel vino del cielo para fortalecerlo» hasta que Jesús encontró el coraje de cumplir la voluntad del padre. El último de los pasajes es el de la traición Mateo 26:49 «Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡¡Salve, Maestro!! Y le besó».
Gruta de Getsemaní
Durante la época de las cruzadas los soldados descubrieron este lugar situado cerca del Jardín de Getsemaní se trataba de una cueva que en aquel momento se utilizaba como lugar de culto y cementerio para las personas más privilegiadas. En 1361 la gruta fue entregada a los padres franciscanos que en distintas labores de restauración han podido averiguar la increíble historia de este lugar.
Las excavaciones llevadas a cabo en 1956 han encontrado restos de una cisterna, canales y perforaciones en la roca que demuestran que había sido empleada durante el s. I para distintas actividades agrícolas como la prensa de aceite, «Gath-Smane«, depósito de mercancías y herramientas, etc. Además, encontraron numerosas inscripciones, dejadas por los peregrinos en distintas lenguas y diferentes épocas, en los revoques de las paredes y techo de la gruta, demostrando que este lugar fue algo más, un espacio dedicado al culto, pues en ellas se hacen alusiones bíblicas al momento de la Traición de Judas. Hoy en el interior de la gruta se ha convertido en un pequeño santuario que sigue acogiendo a los peregrinos para mostrarles el último refugio de Jesús.
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